Nos llamas a ser mujeres libres, compasivas,
solidarias, testigos de esperanza;
mujeres de Dios, mujeres de Espíritu,
que quieren seguir, muy de cerca, a Jesús.
Que viven la intimidad contigo,
que se nutren de tu amor,
que transparentan la vivencia gozosa
de tu presencia que nos anima.
Nos pides que nuestra vida entera hable de Ti,
en cada edad, tarea o situación que vivamos;
que digamos a la gente, con nuestra vida y actitudes
que Tú les amas.
Tú nos has hecho colaboradoras tuyas
en esta tarea de hacer crecer la Vida, de construir tu Reino.
Que como María, la mujer que se dejó llenar por Ti
para entregarte al mundo,
permanezcamos siempre abiertas a tu amor
y sepamos hacer de nuestra vida don para los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario